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Educación Rural

El 94% del territorio colombiano es rural, y el 32% de la problación vive allí (Carrero & González, 2016). En el territorio rural, la educación se ha visto afectada por condiciones socio-económicas, y culturales. En 1970 cuando inicia el auge de la educación rural, al momento en el que el Gobierno colombiano decide incorporar en la educación políticas de desarrollo rural en pro del cambio social, es en la Educación Rural en donde se encuentran modelo pedagógicos flexibles en el cual se desarrollan estartegias que mejoren la práctica de la enseñanza y el aprendizaje considerando la multiplicidad de condiciones. (Carrero & González, 2016).

Aún cuando la participación de las mujeres en los escenarios educativos en las zonas rurales era escasa, ésta fue aumentando gracias al movimiento sufragista. Para esta  empieza, además, la vinculación de docentes a las escuelas rurales.

 

La educación rural se enfoca hacia la orientación de las inversiones económicas. Los niños y niñas de estas zonas se centran en las labores de su hogar y la escuela pasa a un segundo plano.

Para este momento se mantienen estructurales tradicionales en la educación y los roles de género, las mujeres emigraban del campo a la ciudad para ejercer labores de cuidado y se empezaron a deslegitimar prácticas propias del campesinado.

Durante esta decada surgió la iniciativa de Escuela Nueva para las zonas rurales en Colombia, a partir de esta inversión se empezaron a incorporar modelos flexibles con el propósito de cerrar la brecha existente entre las zonas rurales y las urbanas en términos de educación.

Ocurre la descentralización de la educación con la Nueva Constitución de 1991 y con esto, un reconocimiento de la misma como un derecho fundamental, para lo que se empiezan a desarrollar iniciativas para el aumento de la cobertura de la educación en zonas rurales.

En el nuevo siglo, la pertinencia de la educación en zonas rurales así como el cierre de la brecha de la educación rural y la urbana sigue siendo un reto. No obstante se han desarrollado iniciativas buscando la creación de currículos propios para las comunidades de estas zonas.

1950's: La participación de las mujeres en los escenarios educativos en las zonas rurales era escasa ya que se desempeñaban por obligación en las labores del hogar, a pesar de eso las mujeres empezaron a conquistar algunos lugares de participación gracias al movimiento sufragista. Para esta epoca además se empieza a ver la vinculación de docentes a las escuelas rurales aunque no titulados en su mayoría.

"Respecto a las mujeres se orientan en su mayoría sobre el papel que desempeñan en el hogar, la sociedad, el trabajo, la cultura y la política” pero son muy escasas sobre la maestra rural en este país" (Soto Arango, 2012, p.213).

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"...así, estudiar para las jóvenes campesinas se convierte en un acto de rebeldía con lo que esperan llega a ser reconocidas en su círculo cercano como mujeres que decidieron tomar la rienda de sus propias vidas". 
"Examina la vida de mujeres de sectores populares de la región Cundiboyacense a finales del siglo XX,...comenzaron sus actividades laborales a la edad de 7 años, con jornadas de trabajo largas e intensas. Para estas mujeres, el trabajo infantil era algo normal" (Pedreros, 2017, p.14, p.19)

Según Triana (2012), es posible afirmar que la formación de docentes urbanos y rurales, no solo en Colombia sino en general en América Latina en la década del cincuenta, se da por la necesidad de contar con el recurso humano que diera respuesta a las exigencias educativas en el orden mundial, lo que fundamentalmente hace referencia a la universalización de la educación primaria.

Se conquistaron nuevos derechos como el de acceder al bachillerato y a la educación superior 1953, al que aún no acceden sino el 6 % de las mujeres rurales, ocupar cargos públicos en 1954 y el derecho a votar 1957. El movimiento sufragista se fortaleció hasta conseguir en los años 1954 y 1957 los nuevos derechos de ciudadanía para las mujeres (Triana, 2012).

Pero destacamos que en el año 1950, teniendo el 59% de la población en el sector rural, sólo se tenía un 30% de escuelas rurales, con el 7,5% de matrícula, y el 66% de los docentes sin título. Lo relevante es que este año se establecen cambios significativos entre lo rural y lo urbano (Triana, 2012). 

1950's

1960's: Debido al auge del desarrollo desde la urbanización la implementación de la educación rural se detiene por la orientación de las inversiones económicas. Los niños y niñas en las zonas rurales están enfocados entonces en el desarrollo de labores de su hogar y la escuela pasa a un segundo plano.

Debido a la modificación económica y de poder político que se da en los años sesenta, se frena la expansión de la educación rural, dado que, durante este tiempo las inversiones económicas se orientan a incrementar el aparto industrial que trae la idea del “desarrollo” (Rama, 1980). Así mismo se empieza a fomentar una educación para el trabajo.

La migración de las mujeres rurales a la ciudad estaba permeada por la búsqueda de trabajos hacia las labores domesticas (Rama, 1980).

Aumento de la población femenina en las instituciones educativas superiores. pasando de un 7.1 % de la matrícula total en 1945 a 16.2% en 1960 y a 31% en 1975 (Bonilla, 1978).

"...un grupo de niñas y niños llegan al inicio de la jornada, otros a la hora y otros quizá no llegan porque ayudan a sus padres en los menesteres del campo, o la temporada de invierno es tan fuerte que no es posible desplazarse de la casa hasta la escuela... Otras circunstancias que podrían incidir en esta situación, quizá se deba a las distancias que niñas y niños deben atravesar para poder llegar a su escuela más cercana. (Echavarría, Vanegas, González y Bernal, 2019, p. 29)

Los indicadores de educación de los años 60’s se vieron afectados también por la dinámica del proceso de urbanización en Colombia, que pasó de 39% a 52% en 1964 (Flórez, 2000). Un aumento significativo en la migración rural urbana durante este período que respondía, entre otros factores, a la mejora en las condiciones en los centros urbanos contribuyó al incremento de la urbanización. En los territorios rurales, se teje una historia con sentido de existencia, de vida, de sobrevivencia que delinea una cosmovisión, una postura de vida, una perspectiva del ser-ahí y del coexistir (Echavarría, Vanegas, González y Bernal, 2019, p. 24-25).

Con la reforma de las escuelas normales en 1963 se pretendió ajustar la formación docente a los planes y programas educativos, así, entonces, la reforma educativa tuvo como propósito entrar a los procesos de modernización y la formación del maestro era desarrollar habilidades concretas para la planeación: saber planear una clase, utilizar el material didáctico, formular objetivos y saber evaluar (Ramírez, 2012). Es por esto que, los primeros modelos de cómo ser persona y de cómo hay que relacionarse son nuestros padres. Nos educan con su ejemplo, con sus creencias y valores: con su coherencia como persona. Nos enseñan a razonar y a construir el primer sentimiento de Justicia para darle un sentido ético a nuestros comportamientos y relaciones. (Mesa, 2007, p.3).

A nivel nacional, el 91,4% de la población de 15 y más años sabe leer y escribir. Para las cabeceras municipales este promedio es de 94,3 %, y en el resto, es decir, en el campo, es de 80,5% (López, 2006).

Las familias de menores recursos económicos, usaban los productos de la tierra para el sustento diario. En general, la dieta alimenticia era simple y repetitiva. No padecían de hambre, pero si en dinero para la compra en el mercado. La lampara de aceite y las radio con pilas eran típicas en las familias rurales de esa época. La diferencia del salario con los de la capital era significativamente alta (Soto, 2012).

A lo largo de este período, las mujeres no tenían muchas opciones de vida: su futuro era ser esposas, religiosas o célibes, solteronas caritativas y beatas. A mediados del siglo XX, se esbozaron grandes cambios familiares con la reducción del tamaño de la familia, la salida de la mujer del espacio doméstico, el comienzo de las separaciones entre esposos y la lucha contra la ilegitimidad (Pachón, 2007)

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1960's

1970's: Para este momento se mantienen estructurales tradicionales en la educación y los roles de género, las mujeres emigraban del campo a la ciudad para ejercer labores de cuidado y se empezaron a deslegitimar prácticas propias del campesinado.

Las mujeres adolescentes en los años 70 emigran al pueblo y a la capital como empleadas domésticas o para estudiar, dando una apertura respecto a la función social de la mujer, cuando ésta se vincula al ciclo de la educación (Soto, 2012).

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1970's
1980's

1980's: Durante esta decada surgió la iniciativa de Escuela Nueva para las zonas rurales en Colombia, a partir de esta inversión se empezaron a incorporar modelos flexibles con el propósito de cerrar la brecha existente entre las zonas rurales y las urbanas en términos de educación.

Durante el mandato de  Belisario Betancourt (1982-1986) se desarrolló el plan de  “Cambio con Equidad” en el cual se apunta al mejoramiento del sistema educativo, se instauran políticas de  modernización y por lo cual, se adoptan nuevas metodologías e instrumentos educativos (Rincón, 1997)

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1990's: Ocurre la descentralización de la educación con la Nueva Constitución de 1991 y con esto, un reconocimiento de la misma como un derecho fundamental, para lo que se empiezan a desarrollar iniciativas para el aumento de la cobertura de la educación en zonas rurales.

La Nueva Constitución de 1991 dio un novedoso impulso al proceso de descentralización de la educación y la consagró como un derecho de la persona, así como un servicio público con función social; a su vez, ocurrió la ampliación de la oferta en las zonas rurales a medida que se cumplieran los objetivos de cobertura en la primaria rural (DNP (1991). La relación alumno-maestro continuó disminuyendo tanto en educación primaria como secundaria hasta finales de siglo (Ramírez, & Téllez, 2006)

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1990's

Siglo XXI: En el nuevo siglo, la pertinencia de la educación en zonas rurales así como el cierre de la brecha de la educación rural y la urbana sigue siendo un reto. No obstante se han desarrollado iniciativas buscando la creación de currículos propios para las comunidades de estas zonas.

Actualmente, los actores rurales deben tener la posibilidad de ejecutar y evaluar efectiva y activamente los currículos, para que de esa forma puedan tomar posturas y acciones sobre lo que desean aprender: el para qué deben estudiar, cómo deben recibir su educación, cuáles son los espacios escolares adecuados, cómo debe ser el calendario escolar y los contenidos más relevantes, cuál es el perfil que debe tener el docente rural y el tipo de estudiantes que desean formar (Gaviria, 2017)

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